• Redefinición Facial: Acentúa rasgos como la mandíbula y el mentón.
• Resultado Natural: Técnicas avanzadas que buscan una apariencia auténtica.
• Mejora de Autoestima: Al alinear el aspecto exterior con la identidad interior, muchos pacientes experimentan una mayor confianza.
• Personalización: Los procedimientos se adaptan según las necesidades y deseos individuales.
• Seguridad: Realizado por profesionales expertos, garantizando un proceso seguro y efectivo.

La consulta inicial determinará el plan de tratamiento. Se evalúan las características faciales y se discuten los objetivos. Luego, según las necesidades, se puede optar por rellenos dérmicos, liposucción, remodelación ósea o cirugía. El proceso puede requerir varias sesiones para lograr el resultado deseado.

• Evitar Exposición Solar: Protege el rostro de la luz solar directa para evitar inflamación o pigmentación.
• Reposo: Limita la actividad física intensa por unos días para favorecer la recuperación.
• Higiene: Mantén el área tratada limpia para prevenir infecciones.
• Medicación: Seguir las recomendaciones médicas respecto a analgésicos o antibióticos.
• Consultas de Seguimiento: Asistir a las citas post-tratamiento para asegurar una recuperación adecuada.

• ¿El tratamiento es permanente? Algunos procedimientos tienen resultados de larga duración, pero pueden requerir retoques con el tiempo.
• ¿Es doloroso? Se utilizan anestésicos locales o generales según el procedimiento, minimizando cualquier molestia.
• ¿Quiénes son candidatos ideales? Personas que desean masculinizar sus rasgos faciales, ya sea por motivos estéticos o de identidad.
• ¿Hay efectos secundarios? Como todo procedimiento médico, pueden presentarse hinchazón, enrojecimiento o hematomas, pero estos suelen ser temporales.